Se suele decir "yo estuve ahí", pero esta vez hay que reconocer que me la perdí. La gran Semana del Pintxo de Pamplona(pongo pincho con tx por el pesado del corregidor), ese paraiso de los zuriteros y txikiteros(palmeritos de vino) con ganas de orgía estomacal sustanciosa. No me arrepiento porque fue por ética, pero pica si te mandan unos amigos unas fotos de trozos de panes repletos de materia o de elementos carnales simples pero exquisitamente parrillados.
Cuanto sorbos le habríamos dado a la copa de patxi con hielo, cuantos bares habríamos abandonado comentando historias varias y, sobre todo, vaya mameluco que nos habríamos pillado andando por la zona de Nafarroa.
Pero bueno, esta hecho. Otro año será, Pamplona sigue ahí y Corregidor tiene casa eterna.









Con esto es suficiente. Se agradece el patrocinio y entusiasmo de Corregidor Berlingués, a la altura de todo, Mujer portadora de seguridad y vitalismo infantil positivo y gracioso, y su séquito caravanero aportador de tarta de queso pesada pero exquisita.
Perdona Madrid por serte infiel.
La siguiente os emborracharé,
Saluti
El Desholllinator


2 comentarios:
Corregidor berlingués jajajjaaja..
por qué le tienes tanta manía al pamplonica..
Saludos.
Fran.
No es mania, es devoción a su sobriedad dialectica.
El da forma y firmeza a este espacio deformado.
Fran gracias por tu fidelidad.
Salut apaciguado
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