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domingo, 23 de junio de 2013

SANTOS


curioso tras haber escuchado el programa de Orlando Lumbreras - Placeres Mundanos, que tuvo como invitada a la brasileña Juliana Aguiar. Con esta base nos plantamos en el restaurante Santo, para degustar en parte esta entrevista. Trabajan con el portal el Tenedor, así que podéis reservar con un 40% o 50 % de descuento. Fuimos un Viernes para comer y nos encontramos solo una mesa mas, a ver si aguantan este ritmo. El local es amplio alargado, con su decoración vintage de madera, su sofa Chester, lamparas industriales, sus utensilios reutilizados, su alacena y una mesa escaparate para los Mezzes (parecido al antipasti). El ambiente es muy agradable e invita a reservar para el brunch dominical.

Nos recibió la propietaria, sin mucha gracia ni arte, lo primero que habría que poner de su parte para sacar adelante un local. Bueno, por suerte no nos toco comer con ella y disfrutamos de nuestra mutua compañía.
El camarero muy atento, educado, majo y profesional. 

La carta rechaza cualquier tipo de complicación, muy a nuestro gusto. La base de los entrantes son los Mezzes, un popurri de aperitivos, que se puede pedir pequeño o grande. Optamos por un plato pequeño, absolutamente suficiente para 2. Oferta fresca, bien aliñada y variada, con su carne en embutido, burrata, cebollas pochadas,hinojo aliñado, etc. Recomendable opción para iniciar una comida.





Para los segundos hay 2 opciones: de la tierra o del mar. Nosotros veníamos carnívoros y optamos por el Cordero Cocido a baja temperatura con Hummus y verduritas de la huerta. Nos gusto mucho el macroformato de la vajilla, resaltando la importancia del contenido. El cordero estaba jugoso con una rica salsa de guiso. Muy buena combinación con el hummus y las verduritas.

Churrasquito de Picanha a la brasileña. Suntuosa y grandilocuente pieza de carne, corte típico brasileño con su marcada veta de grasa. La carne muy recomendable, de buena calidad y debidamente madurada. Lo lamentable y triste fue el acompañamiento, un arroz sin sabor ni una pizca de sal, un pan rallado o cebolla (por decir algo) creando sequedad en el plato, y una salsa de tomate natural picado con algunas verduras. Incomestible y triste.
 

 De postre una Creme Brulee de Maracuya, muy lograda. Estábamos bastante curiosos como podían combinar la cremosidad avainillada de la crema con el ácido del maracuya. Muy suave y con la justa acidez, sorprendente.




En resumen, podemos decir que nos encontramos con un lugar agradable, donde podemos comer bien a un precio razonable. Si mejoramos los aires de la dueña y algún detalle en los platos, nos marcaríamos una sonrisa prolongada en la cara.

Restaurante Santo
Calle Caños del Peral, 9
Metro: Opera
www.santoresto.com

Bye Bye Señores

M.L.

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