Busca, encuentra, aprende y mastica.

miércoles, 18 de julio de 2012


Hui Fon

Deambulando por una de las plazas menos vistosas y estimulantes de la capital, sin olvidar la Plaza Elíptica, encontramos este Macro-Chino, que en estética exterior se ha amoldado a su ubicación. Pero como la fama le precede, optamos por pegarnos un homenaje riguroso sin decepción. 

Memorándum de un tópico: En los asiáticos donde comen chinos se come bien. Gran mentira. En los chinos donde comen ellos mismos solo ponen comida típica china, y no la comida Euro-China que conocemos (cerdo agridulce, arroz tres delicias con guisantes y jamón, rollitos de paella comprados, plátano con miel y nueces), por lo cual la comida típica china puede ser buena o mala. 

El local ha sido renovado y modernizado, con un ambiente mas serio y refinado. Hay mesas grandes con su madera giratoria en el centro y también reservados, donde se puede gozar de mayor intimidad. El servicio es muy amable y servicial, como en casi todos los restaurantes chinos, y también igual semi-empanados.
    Cacahuetes

La visita se planteo de antemano multitudinario, por lo cual pudimos probar muchos platos. Para ambientar nos suavemente optamos por una Sopa de Calamar des hidratado, demasiado abundante y con la textura típica de sopa de aleta de tiburón, es decir con algún espesante adicional. El calamar des hidratado exige o bien acostumbrarse o el rechazo, yo opto por lo segundo. No a la sopa.

Aun en frió sirvieron una Empanadillas de Cerdo a la plancha, que se fríen con mínimo aceite por un lado, y luego se añade soja con vinagre para darles la vuelta. A partir de ahora empezaron con un gran nivel gustativo, con estas grandes empanadillas.


Dejando los entrantes empezamos con los platos fuertes, y siguió mi preferido: Cerdo en Cha Sao, con una espectacular salsa, con su soja, dulzor, ácido. Esto con unos tallarines y una cerveza fresca y Rock´n´Roll.
Tubérculo a la Plancha, plato aconsejado por el camarero y 100 points para el bote. El nombre no nos dice nada o incluso nos echa para atrás, pero se ha convertido en un imprescindible a prmera cata. Va frito muy sabroso con una salsa oscura y bien de ajo, con un sabor muy contundente.



Como principal protagonista pedimos un Pato laqueado a la Pekinesa, presentado en mesa supletoria en una pieza, y luego trancheado de la piel para los rollitos con la salsa pekinesa (de judía dulce), cebolla dulce y pepino. El resto de la carne la pedimos para que lo sirvan con verduras y tallarines.
Muy buen conjunto, con buen sabor, buena técnica a la hora de presentar y divertido de comer y ver.









Y para rematar nuestro feo pero sabroso amigo el Rodaballo en Salsa de Soja. El pescado estaba en su punto, pero con la soja insípida sin gracia. Un plato correcto pero se le podría dar una vuelta.


Nos quedamos a gusto y con ese buen sabor de boca que se te queda cuando pruebas buena comida asiática. De los establecimientos asequibles de los mas recomendables, sin grandes sustos en la cuenta, teniendo también en cuenta que no hay que liarse mucho pidiendo, ya que el arroz y tallarines quitan mucho hueco en la panza.

Localización desafortunada:

Calle del Maestro Arbós, 3

28045 Madrid

Tel. 915 060 954

Fuerza, tenacidad y reflexión para alcanzar un ápice de felicidad a traves de la bolsa estomacal.

Adiós al vació
M.L.

No hay comentarios: