Hui Fon
Deambulando por una de las plazas menos vistosas y estimulantes de la capital, sin olvidar la Plaza Elíptica, encontramos este Macro-Chino, que en estética exterior se ha amoldado a su ubicación. Pero como la fama le precede, optamos por pegarnos un homenaje riguroso sin decepción.
Memorándum de un tópico: En los asiáticos donde comen chinos se come bien. Gran mentira. En los chinos donde comen ellos mismos solo ponen comida típica china, y no la comida Euro-China que conocemos (cerdo agridulce, arroz tres delicias con guisantes y jamón, rollitos de paella comprados, plátano con miel y nueces), por lo cual la comida típica china puede ser buena o mala.
El local ha sido renovado y modernizado, con un ambiente mas serio y refinado. Hay mesas grandes con su madera giratoria en el centro y también reservados, donde se puede gozar de mayor intimidad. El servicio es muy amable y servicial, como en casi todos los restaurantes chinos, y también igual semi-empanados.
Cacahuetes
La visita se planteo de antemano multitudinario, por lo cual pudimos probar muchos platos. Para ambientar nos suavemente optamos por una Sopa de Calamar des hidratado, demasiado abundante y con la textura típica de sopa de aleta de tiburón, es decir con algún espesante adicional. El calamar des hidratado exige o bien acostumbrarse o el rechazo, yo opto por lo segundo. No a la sopa.
Aun en frió sirvieron una Empanadillas de Cerdo a la plancha, que se fríen con mínimo aceite por un lado, y luego se añade soja con vinagre para darles la vuelta. A partir de ahora empezaron con un gran nivel gustativo, con estas grandes empanadillas.
Dejando los entrantes empezamos con los platos fuertes, y siguió mi preferido: Cerdo en Cha Sao, con una espectacular salsa, con su soja, dulzor, ácido. Esto con unos tallarines y una cerveza fresca y Rock´n´Roll.
Tubérculo a la Plancha, plato aconsejado por el camarero y 100 points para el bote. El nombre no nos dice nada o incluso nos echa para atrás, pero se ha convertido en un imprescindible a prmera cata. Va frito muy sabroso con una salsa oscura y bien de ajo, con un sabor muy contundente.
Como principal protagonista pedimos un Pato laqueado a la Pekinesa, presentado en mesa supletoria en una pieza, y luego trancheado de la piel para los rollitos con la salsa pekinesa (de judía dulce), cebolla dulce y pepino. El resto de la carne la pedimos para que lo sirvan con verduras y tallarines.
Muy buen conjunto, con buen sabor, buena técnica a la hora de presentar y divertido de comer y ver.
Localización desafortunada:
Calle del Maestro Arbós, 3
28045 Madrid
Tel. 915 060 954
Fuerza, tenacidad y reflexión para alcanzar un ápice de felicidad a traves de la bolsa estomacal.
Adiós al vació
M.L.
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